Adolfo Colombres en “Seres
sobrenaturales de la cultura popular argentina” (1984), se refiere al
Ucumar (en aymara "oso") de la siguiente manera:
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“También se lo conoce como Ucumarí, Jucumari y
Ucumare. Es el hombre oso, al que se lo representa en distintos grados de
hibridación: desde un oso de baja estatura, feo y peludo, con ligeros rasgos
humanoides, hasta un hombre bestial, totalmente cubierto de pelos, larga barba
y frente angosta.
Al parecer, sería el mismo Jucumari de las zonas boscosas del Departamento de Chuquisaca (Bolivia) vinculado a su vez con mitos peruanos de antigua data.
El Ucumar vive en cuevas, en el fondo de las quebradas, pero merodea los ríos y las vertientes, bañándose en ellos: es fácil por eso encontrar allí sus pisadas, similares a las de un oso.
Según algunas versiones, además de fuerte es ágil, por lo que puede treparse a los árboles más altos.
Según la leyenda, rapta mujeres y tiene hijos con ellas. Un relato recogido en Las Lomitas, Formosa, por Berta Vidal de Battini, diceque el Ucumar puede ser también hembra, y que en este caso rapta a los jóvenes.
Al parecer, sería el mismo Jucumari de las zonas boscosas del Departamento de Chuquisaca (Bolivia) vinculado a su vez con mitos peruanos de antigua data.
El Ucumar vive en cuevas, en el fondo de las quebradas, pero merodea los ríos y las vertientes, bañándose en ellos: es fácil por eso encontrar allí sus pisadas, similares a las de un oso.
Según algunas versiones, además de fuerte es ágil, por lo que puede treparse a los árboles más altos.
Según la leyenda, rapta mujeres y tiene hijos con ellas. Un relato recogido en Las Lomitas, Formosa, por Berta Vidal de Battini, diceque el Ucumar puede ser también hembra, y que en este caso rapta a los jóvenes.
"El Ucumar suele aparecer de improviso, aterrorizando al que lo ve. Si se le grita, responde de lejos con voces humanas. Si los perros lo atacan, se defiende a garrotazos.
Esta leyenda se ha difundido por todo el noroeste argentino”.
Algunos autores piensan que el oso de anteojos (Tremarctos
ornatus) que habita los bosques húmedos andinos pudo haber sido el
inspirador de este particular ser mitológico.
El Dr. Manuel Lizondo Borda, en "Estudios
de voces tucumanas: derivadas del quichua" (1927) explica así este
vocablo: "Llamábase así a un hombre casi bestial, feo, peludo, que
vivía en los montes tucumanos, hace varios años, y que ocupó mucho la atención
pública hasta que fue preso por las autoridades: Se le atribuían raptos de
muchachas". Además consigna que con ese nombre se asustaba a los
chicos, para quienes significaba alco así como monstruo.
Para las creencias collas, es un enorme mono que
anda en dos patas por el bosque. El uco macho persigue a las mujeres y
la uca, a los hombres. Siempre los llevan a lugares impenetrables, donde
los muelen a palos.
Cuántas cosas no conocemos de nuestra tierra y su cultura. Me ha gustado mucho leerlo
ResponderEliminarVerdaderamente son muchos los espacios que no recorremos. Gracias por tu comentario.
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